Hablemos de patitos feos

La historia del patito feo se ha contado y recontado hasta el cansancio. La gran mayoría de las veces, este tropo está protagonizado por una mujer inteligente o que cunado menos sobresale en alguna actividad para hombres, porque todos sabemos que la belleza está peleada con la inteligencia y las cosas de hombre son mas importantes e interesantes que las de mujeres

Desde que desde pequeña ha sido etiquetada como poco agraciada, criada con algo o mucha negligencia y poco sentido común por sus padres. Esto resulta en una baja autoestima y mala apariencia física. La vida de nuestro patito feo ha estado llena de burlas, desamores y pocos o ningún amigo. Hasta que un buen día aparece un ángel salvador que le depila las cejas, le quita las gafas y los brackets, le plancha el pelo, le cambia la ropa y, con un poco de maquillaje, el pato se convierte en cisne. Porque nuestro patito, no era un patito realemente feo, solo era pobre y estaba mal asesorado.

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Esta historia la hemos visto en incontables comedias románticas de Hollywood, pero su principal exponente es la novela colombiana «Betty, la fea». Con el permiso de Hans Christian Andersen, el escritor del cuento que da título a este tropo, que por cierto, puede ser considerado un fanfiction con auto-inserción, pero ese es otro tema.

Al principio, yo pensaba, con algo de miedo, que esta tercera temporada de «Los Bridgerton» iba a seguir este camino. Aunque en momentos parece que sí, ahora que he visto los miserables cuatro episodios que nos dieron, más veces de las que me atrevo a admitir, veo que hicieron algo diferente a lo tradicional y lo hicieron muy bien. En ningún momento intentaron que Penélope bajara de peso y eso fue un acierto muy grande. La belleza no debe relacionarse con la talla o las medidas. Así que tampoco hicieron lo de siempre. Penélope no cae en el no soy como las otras chicas porque le gusta leer y escribir, de hecho si le gustaría ser como ellas, las que bailan, las que traen coquetean y tiene pretendientes, solo que no sabe como, pues no es la clásica belleza hegemónica que parece fea por la ropa, el maquillaje y los accesorios. Sus ropas son poco favorecedoras y su cuerpo no es alto y esbelto como el de las otras debutantes, pero en ningún momento podemos decir que es fea, al contrario, creo que desde la temporada uno llama mas la atencion quemucha de las otras chicas, pero es su actitud y el poco apoyo de su familia los diferenciadores

El vestido verde y el cambio de peinado representan sus ganas de cambiar y buscar algo más, pero al ser un cambio repentino y no muy preparado, la noche se vuelve un desastre. La vieron cuando entró, pero esto no significó que se volviera el diamante de la temporada o que de la anda su casa se llenara de pretendientes. Los hombres con los que logró interactuar no lo hacían por la ropa, sino porque ella estaba abierta a hacerlo. Pero nada de esto tuvo un efecto significativo, porque en el fondo aún era la chica tímida, divertida e inteligente, que se ve sobrepasada por los nervios y que le cuesta trabajo dejarlo salir. Su cambio es bueno, pero no lo suficiente.

Por eso regresa repetidas veces a la sombra, al ridículo y a ser objeto de bromas crueles, pues le falta la confianza para reclamar su lugar en la sociedad y el respeto que merece. Me atrevo a decir que nada hubiera sido diferente si todavía se vistiera como un limón gigante.

Lo que sí genera un cambio en ella son esos momentos de desesperación y caos. El primero, cuando siente que está a punto de quedar a las órdenes de alguna de sus hermanas, y el otro, cuando ella misma tiene que filtrar su trato con Colin y acabar de enterrar su reputación. Ella hace esto porque, en el fondo, ser Lady Whistledown es una parte de ella mucho más fuerte, importante y trascendental que ser ella misma. No puede correr el riesgo de delatarse, así que prefiere ser víctima de su propia pluma. Pero es en este momento, cuando siente que ya no tiene nada más que perder, que logra pedir eso que siempre ha querido: un beso de Colin. Y es ese beso, no el vestido ni el peinado, lo que logra que algo cambie. Es hasta entonces cuando Colin empieza a verla como a una mujer, no como a su amiga. No digo que todos deberíamos andar pidiendo besos, digo que las personas no nos van a ver realmente hasta que nosotros permitamos que nos conozcan como realmente somos y nos atrevamos a pedir aquello que deseamos.

El tropo del patito feo esta muy bien para contar historias positivas y huecas, pero no sirve para la vida real. Cambiar de ropa, peinado o maquillaje no significa nada, si no esta apoya en confianza, valentía y auto conocimiento

El triunfo de Penélope es para todos aquellos patos tímidos que tuvimos que empezar por olvidarnos de prejuicios y de cumplir con las expectativas de los demás, para por fin ponernos a nosotros mismos como protagonistas de nuestro cuento, sin esperar a que un hada madrina venga a salvarnos. Se puede ser feliz, siendo pato, cisne o murciélago, mientras seamos fieles a nosotros mismos.

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