La vacuna de Oxford-AstraZeneca contra la COVID-19, también conocida como AZD1222, es una vacuna de vector viral desarrollada por la Universidad de Oxford y la empresa farmacéutica AstraZeneca. En casos extremadamente raros, algunos pacientes han desarrollado un tipo de trombosis después de recibir esta vacuna.
¿Qué es la Trombosis?
AstraZeneca reconoció en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior en febrero que su vacuna puede, en casos muy raros, causar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT). Este síndrome provoca coágulos sanguíneos y un bajo recuento de plaquetas. Esta información, como tal, no es nueva, se sabe desde el 2021, pero también se sabe que la incidencia de trombosis después de aplicada la vacuna es baja.
¿Si me puse la vacuna AstraZeneca, me puede dar una trombosis?
Los datos que se tienen indican que el efecto es relativamente cercano a la fecha de puesta de la vacuna. Si te la pusiste al inicio de la pandemia, como yo, es muy probable que no sufras este efecto secundario o que sea por alguna otra causa. Para que te des una idea, las pastillas anticonceptivas de uso normal también pueden provocar trombosis, junto con otros tantos efectos secundarios, y no los vemos de manera frecuente. Quiero recordar, además, que las pastillas anticonceptivas se utilizan de manera médica para tratar el síndrome de ovario poliquístico y los síntomas de la menopausia.
Vacunas, medicinas y efectos secundarios
Así como la vacuna AstraZeneca tiene efectos secundarios, todos los medicamentos reales los tienen. Este es un punto que muchos usan para defender las medicinas alternativas, como la homeopatía, pues sus promotores aseguran que no tienen efectos secundarios. Esto no es del todo cierto. El uso indiscriminado de plantas, tés y jugos verdes puede causar fallo hepático. En el caso de la homeopatía o las cirugías astrales, donde están absolutamente carentes de efectos secundarios, el motivo es sencillo. No tienen principio activo, no tienen un «algo» que cause efecto positivo o negativo en nuestro organismo más allá del efecto placebo.
Además, es importante tener en cuenta que la mayoría de las medicinas, incluidas las vacunas, pasan por rigurosos procesos de investigación y pruebas antes de ser aprobadas para su uso. Estos procesos están diseñados para identificar y evaluar cualquier posible efecto secundario o riesgo para la salud. Aunque ningún medicamento es completamente libre de riesgos, las autoridades sanitarias y los reguladores trabajan constantemente para garantizar la seguridad y eficacia de los tratamientos disponibles.
En el caso específico de la vacuna de Oxford-AstraZeneca, los beneficios de su uso en la prevención de la COVID-19 han sido ampliamente reconocidos por organizaciones de salud de todo el mundo. Los casos de trombosis asociados con esta vacuna son extremadamente raros en comparación con el número de dosis administradas, y la mayoría de los expertos coinciden en que los beneficios de la vacunación superan ampliamente los riesgos potenciales.
Es fundamental que las personas consulten a profesionales de la salud confiables y basen sus decisiones en información precisa y actualizada. La desinformación y los mitos pueden generar temor innecesario y obstaculizar los esfuerzos para controlar la propagación del virus y proteger la salud pública.
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