Este es una fragmento de uno de los libros mas aterradores, mas infame y mas peligroso jamas escrito. El Maleus Maleficarum, tambien conocido como el Martilo de las Brujas.
Porque en muchas partes la ley divina ordena que no sólo se debe evitar a los brujos, sino que también tienen que ser ejecutados, y en verdad no impondría esta pena extrema si los brujos no hicieran reales y auténticos pactos con los demonios para provocar daños y males verdaderos. Pues la pena de muerte se impone sólo en casos de delitos graves y notorios, pero a veces adopta la forma de muerte del alma, que puede ser causada por el poder de una ilusión fantástica o aún por la tensión de la tentación.
Todo inicia en Europa, en el siglo XV. Las sombras de la peste negra aún cubren el continente, la guerra y la crisis religiosa han convertido a la población en un mar de desesperación. Las tensiones entre la Iglesia y las crecientes ideas humanistas amenazan el orden establecido. En este clima de incertidumbre, el miedo se convierte en la herramienta más poderosa de control.
Es en este escenario donde nace uno de los libros más infames de la historia: el Malleus Maleficarum, o El Martillo de las Brujas. Un texto que, disfrazado de tratado inquisitorial, desató una de las persecuciones más cruentas de la historia.
Pero, ¿qué había realmente detrás de este libro? ¿Por qué fue aceptado como verdad absoluta durante siglos? Y lo más importante, ¿cómo logró convertirse en el manual definitivo de la caza de brujas?
El monje obsesionado con el mal
Detrás del Malleus Maleficarum está la figura de Heinrich Kramer, un fraile dominico cuya obsesión por la brujería lo llevó a ser un inquisidor despiadado. Convencido de que el diablo caminaba entre los hombres, Kramer se dedicó a perseguir y condenar a las muejres, a quien consideraba, no solo inferiores sino malas por naturaleza.
Sin embargo, no todos compartían su fanatismo. En 1485, intentó procesar a varias mujeres por brujería en Innsbruck, Austria, pero fue rechazado por las autoridades eclesiásticas locales, quienes lo acusaron de estar motivado más por su propio delirio que por pruebas reales. Furioso por la falta de apoyo, Kramer decidió escribir un libro que justificara su visión del mundo y que le diera validez teológica a sus persecuciones.
El resultado fue el Malleus Maleficarum, publicado en 1487. Un libro que, disfrazado de manual inquisitorial, no solo promovía la creencia en la brujería, sino que además enseñaba cómo identificar, juzgar y castigar a las supuestas brujas.
¿Qué decía el Malleus Maleficarum?
El Malleus Maleficarum esta estructurado a manera de sucesivas preguntas y afirmaciones que le dan orden y una aparente coherencia a la obra y estaba dividido en tres partes:
La existencia de la brujería y su conexión con el diablo. En este apartado, Kramer argumentaba que la brujería era real. Curiosamente, insistía en que las mujeres eran más propensas a caer en la brujería debido a su supuesta debilidad moral y mental.
Si investigamos, vemos que casi todos los reinos del mundo han sido derribados por mujeres. Troya, que era un reino próspero, fue destruido por la violación de una mujer, Helena, y muertos muchos miles de griegos. El reino de los judíos sufrió grandes desdichas y destrucción a causa de la maldita Jezabel, y su hija Ataliah, reina de Judea, quien hizo que los hijos de su hijo fuesen muertos, para que a la muerte de ellos pudiese llegar a reinar; pero cada una de ellas fue muerta.
Cómo identificar a una bruja. En esta sección, se detallaban los supuestos signos que delataban a una bruja, desde comportamientos sospechosos hasta marcas en la piel. Ademas se habala de como hay niños que han sido suplantados por hijos de demonios, o explica que hay hombres a los que ls rogaron olo engañaron para que pensaran que les robaron, el pene.
En lo que ya se ha escrito se han mostrado con suficiente claridad los remedios que están disponibles para el alivio de aquellos que están engañados por un espejismo y piensan que han perdido su miembro viril, o que han sido metamorfoseados en animales.
Cómo juzgar y castigar a las brujas. Esta parte describía los procedimientos para llevar a cabo juicios, los cuales estaban diseñados para que la acusada no tuviera escapatoria. La mayoría de los veredictos terminaban en la hoguera.
Pero si el acusado, después de un año u otro período más largo que se haya considerado suficiente, continúa manteniendo sus negaciones, y los testigos legítimos se atienen a su testimonio, el Obispo y los jueces se prepararán para abandonarlo al Tribunal secular; enviándole a ciertos hombres honrados y celosos de la fe, especialmente religiosos, para que le digan que no puede escapar de la muerte temporal mientras persista en su negación, sino que será entregado como hereje impenitente al poder de la corte secular.
Es decir, la iglesia ya no podia hacer nada más por tu pobre alma asi que te mandaban a ser enjuiciado como criminal, no solo por hacer pactos con el diablo, sino por causar males a tu vecinos. Y y en estos tiempos muchos crimenes terminaban en pena de muerte, el como, ya depende de la region. en alemania era hogera, en america la horca.
Los juicios de brujería se volvieron famosos porque, haga lo que haga la acusada, es bruja. Si se hunde, bruja, si nada bruja. Si repite un texto reliosos al pie de la letra, bruja y paso porque satanás la ayudo, si duda y lo repiote mal, es que dios la condena. Muchos de estos métodos de tortura y confesión, ni siquiera estan escrito en el libro, fueron obra de los acusadores, de los jueces y de los verdugos que preferían matar a un inocente que dejar a una bruja libre.
Esto solo es posible cuando se cree que el fin justifica losmedios y como no hay nadas mas importante que salvar a las almas y castigar a lospecadores, pues que mueran todos los que tengan que morir, y si nos equivocamos no pasa nada. Ya dios se apiadara de sus almas y tendrásud escanso eterno.
Su impacto en el mundo
El Malleus Maleficarum se difundió rápidamente por toda Europa y América. Gracias a la imprenta se convirtió en uno de los primeros libros con más publicaciones y reimpresiones. Así es como se convirtió en el manual de referencia para inquisidores, jueces y fanáticos religiosos. Gracias a él, miles de personas, en su gran mayoría mujeres, fueron acusadas de brujería, torturadas y condenadas a la muerte, que era la una expiación aceptable para el delito de ser bruja o mujer que era practicamente lo mismo.
La caza de brujas en Alemania fue una de las más feroces de Europa, alcanzando su punto máximo en los siglos XVI y XVII. En un contexto de guerra y crisis, miles fueron acusados y ejecutados.
Las regiones más afectadas fueron Wurzburgo, Bamberg y Ellwangen, donde cientos de personas murieron en juicios masivos. En Wurzburgo, entre 1626 y 1631, 900 personas fueron ejecutadas; en Bamberg, 300; y en Ellwangen, 400 entre 1611 y 1618.
A diferencia de la Inquisición, los tribunales seculares dirigieron las persecuciones, sin freno ni control. Se estima que entre 20,000 y 30,000 personas murieron en el Sacro Imperio Romano Germánico, muchas de ellas mujeres, aunque también hubo hombres y niños entre las víctimas.
Este oscuro episodio dejó una huella de horror y opresión, un recordatorio de cómo el miedo y la intolerancia pueden convertirse en armas de destrucción.
En América tenemos el referente de los famosos juicios de Salem. Este episodio es importante por el daño que logro en esta pequeña población en poco más de un año.
Los juicios de Salem, ocurridos entre 1692 y 1693 en la colonia de Massachusetts, fueron una serie de procesos judiciales que resultaron en la ejecución de 20 personas acusadas de brujería. A continuación, se presentan los aspectos más relevantes de este episodio histórico:
Todo comenzó en febrero de 1692, cuando Betty Parris, hija del reverendo Samuel Parris, y su prima Abigail Williams comenzaron a exhibir comportamientos extraños, como convulsiones y gritos. Las niñas acusaron a Tituba, una esclava de la casa de los Parris, junto con Sarah Good y Sarah Osburne, de haberlas embrujado.
Las acusaciones se multiplicaron rápidamente, y pronto muchas personas fueron arrestadas y acusadas de brujería. La histeria colectiva y el miedo a la brujería se extendieron por toda la región.
Los juicios se llevaron a cabo en un clima de histeria y paranoia. Las pruebas se basaban en «pruebas espectrales» (testimonios de visiones o alucinaciones) y en la «prueba del flotar» (si una persona flotaba en el agua, se consideraba una bruja).
Durante estos meses se juzgó a 144 personas; 19 fueron ejecutadas por ahorcamiento, y una persona, Giles Corey, murió aplastado por piedras al negarse a declarar. Además, al menos cinco personas murieron en prisión esperando juicio.
Su legado
Jamás se presentó una prueba que pudiera ser considerada “mágica”, jamás se obtuvo con testimonio confiable, jamás se tuvo la certeza de que alguien practicaba la brujería de la manera demoniaca y malévola que el libro suponía. Porque las pruebas no existe cuando el fanatismo te ha convencido con anterioridad. Cuando el miedo nos ciega, perdemos la capacidad de reflexión. Cuando queremos creer, nada más importa. Ni siquiera la vida de otro ser humano.
La iglesia Católica jamás promovió la caza de brujas de esta manera tan despiadada y se pronunció en contrá de los métodos de tortura como forma de lograr las confesiones. Pero esto nunca ha importado, por mucho que se promueva que el Papa es el enviado el representante de Dios en la tierra, basta con recordar que es humano, y que nuestro dios es diferente pero el correcto y listo, podemos seguir con nuestras creencias y prejuicios.
Con el paso del tiempo, la brujería dejó de ser vista como una amenaza real. La llegada de la Ilustración en el siglo XVIII, junto con el desarrollo del pensamiento científico, debilitó las creencias en la brujería y las cazas de brujas comenzaron a desaparecer.
En 1689, el filósofo John Locke argumentó que la persecución de las brujas era irracional, y en 1736, Inglaterra derogó sus últimas leyes contra la brujería. Poco a poco, el Malleus Maleficarum perdió su poder. Tardamos 3 siglos en entender que las brujas no existen, y otros tantos más en dejar de ver a las mujeres como la fuente de todo mal por ser débiles, lujuriosas e inferiores
Hoy, este libro es un testimonio de cómo el miedo, el machismo y la superstición pueden llevar a sociedades enteras a cometer actos atroces.
El Malleus Maleficarum no solo fue un reflejo de la ignorancia y el fanatismo de su época, sino también una advertencia sobre los peligros de la manipulación ideológica. Su impacto aún se siente hoy en día en la forma en que las sociedades lidian con el miedo y la desinformación.
La historia nos ha enseñado que el verdadero enemigo no eran las brujas, sino aquellos que, con libros como este, convirtieron el miedo en un arma mortal. Los libros, las ideas y el conocimiento no son malos, siempre y cuando acostumbremos tener un pensamiento crítico, una capacidad de dudar y un contexto que no se vea empañado por el miedo y el fanatismo. Si ese libro hubiera salido hoy en día, sería un meme más en internet, el autor catalogado de incel y alguna feminista hubiera lanzado u libro parodia, pero acusándola los hombres de ser demonios pervertidos.